Por qué una persona común no podría nunca manejar un auto de Fórmula 1
Subirse a un monoplaza de la F1 es el sueño de millones, pero llevarlo a la práctica resulta imposible para la enorme mayoría de la población.

Manejar auto de Fórmula 1 es el sueño de cualquier fanático del automovilismo, pero la realidad es que muy pocos están capacitados para hacerlo. Aunque parezca que es como conducir cualquier otro vehículo, subirse a un coche de la F1 requiere un nivel de preparación física, técnica y mental inalcanzable para una persona promedio.
En primer lugar, la exigencia física en la F1 es descomunal. Los pilotos profesionales fuerzas G en cada carrera que una persona común nunca podría, y en las curvas el cuerpo puede recibir hasta cinco veces el peso de la gravedad, lo que significa que el cuello, brazos y torso deben estar entrenados para la élite. Un ejemplo claro de esto es el pedal de freno, que por la energía a 300 kilómetros por hora hace que los pilotos generen una fuerza de más de 100 kilos.
Sumado a esto, las temperaturas del vehículo propiamente dicho, la del asfalto y el calor de cada ciudad hacen que los pilotos transpiren en grandes cantidades, lo que genera deshidratación y por consiguiente agotamiento mental que una persona común no podría soportar. En promedio, los pilotos pierden el 5% de su peso después de cada Gran Premio a causa de esto.

Las técnicas al volante son otro obstáculo para los ciudadanos de a pie porque los autos de Fórmula 1 no tienen ayudas electrónicas como el control de tracción o los frenos antibloqueo, sumado a que la caja de cambios se controla desde el volante con los paddles. A su vez, al ir constantemente a altas velocidades el mínimo error provocaría un choque fuertísimo.
Otro punto importante a destacar es el entrenamiento de motricidad y reflejos que tienen los automovilistas de la F1, ya que tienen una reacción promedio de 200 milisegundos mientras que la media de la gente es de 600, tres veces más. Esto quiere decir que ante una curva, un choque delante o cualquier situación que se de en la pista, una persona no llegaría a volantear como lo hacen los profesionales.

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