Quien tiene tapones de aceite tiene un tesoro: las razones y para qué sirven
Un pequeño componente del envase puede transformarse en un aliado para dosificar líquidos, preservar alimentos y reducir suciedad sin gastar de más.
El hábito de reutilizar objetos cotidianos no solo colabora con el ambiente, sino que también puede representar un beneficio económico. En muchos hogares, ciertos elementos que antes se tiraban hoy encuentran un nuevo propósito gracias a su funcionalidad escondida. Uno de esos casos es el tapón que viene en las botellas de aceite, un detalle que suele pasarse por alto.
Quien tiene tapones de aceite tiene un tesoro: las razones y para qué sirven
Los envases de aceite cuentan con un sistema de cierre particular: una tapa roscada y un anillo plástico que se remueve para liberar el contenido. Ese aro interior, que suele desecharse sin pensarlo, puede convertirse en un dosificador casero muy útil.
Si en lugar de tirarlo se lo coloca de forma invertida sobre el pico de la botella, este anillo permite controlar con precisión la cantidad de líquido que se vierte y evitar derrames innecesarios, lo que ayudará a no pasarse en las medidas al cocinar. Una solución simple, pero muy eficaz.
Además de mejorar la precisión, esta pieza plástica colabora con el sellado del envase tras su apertura, aunque no lo haga completamente hermético. Esto reduce levemente la exposición al aire, lo que puede prolongar la frescura del contenido al disminuir su o con el oxígeno.
El uso del dosificador también contribuye a mantener más limpia la zona de preparación de comidas, ya que evita las típicas salpicaduras y manchas que se generan al servir sin cuidado. Una manera fácil de ganar en orden e higiene.
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